En la Universidad de Tecnología y Diseño de Singapur (SUTD), un equipo de investigadores afirma haber conseguido la impresión 3D de piezas mediante leche, a temperatura ambiente y sin aditivos. Gracias a un método de fabricación de extrusión directa en tinta –a priori basado en tinta líquida– habrían conseguido retener todos los nutrientes de la leche, incluso los más sensibles a la temperatura.